Es el indiscutible renovador artístico del títere catalán y español desde que en 1969 fundara con Teresa Calafell, Putxinel∙lis Claca, una compañía que trabajaba para adultos y para todos.
Supo entrar en el sancta sanctorum de la cultura catalana (Joan Brossa, Antoni Tapies, Xavier Fàbregas, Herman Bonnin,…) y conseguir que los titelles fueran vistos como un mundo de magia e imaginación.
En 1972 demostró en Charleville que en España había otro tipo de marionetas. Recuperó la obra de artistas como Tozer o Didó, preparando las primeras grandes exposiciones sobre el títere catalán. Abrió las puertas del Institut del Teatre a la enseñanza de títeres y marionetas. Ayudó a crear las bases del asociacionismo titiritero tanto en Cataluña como en España.
Fundó el Festival de Barcelona (1973) por el que han desfilado las grandes compañías internacionales (Bob Wilson, Ilke Schönbein, Michel Meschke, Ives Joly, Henk Boerwinkel, Stephen Mottram, los pupis de Cuticchio,…) junto a las mejores compañías de España.
En 1978 abre las puertas del Liceo con Mori el Merma, ese Ubú-Franco, que imaginaron él y Joan Miró, con la que recorre todo el planeta.
En 1985 prepara una hermosa carpa de teatro ambulante que fuera a la vez vivienda y centro cultural, a la que llama Amanita Circus.
Cansado de todo viaja al desierto australiano y vuelve con Tierra Preñada, un espectáculo donde viven sus dos pasiones: el teatro y la pintura.
Escribe poesía y publica sus pensamientos en importantes revistas internacionales. Pinta, dibuja, esculpe y presenta su obra en exposiciones siempre sorpresivas.
En 1987 abre la temporada del María Guerrero de Madrid en un homenaje a Lorca, junto a otros grandes directores de teatro: José Luis Alonso, José Luis Castro, Lluis Pasqual y Lindsay Kemp.
En los últimos tiempos piensa que escribir, pintar, construir, dirigir, soñar, … es algo que ya tiene nombre: ser titellaire.
En 2020 Joan Baixas es distinguido como Socio de Honor de UNIMA.