El Gato Pérez en 2014, por necesidades de seguir con esta profesión y debido a los recortes, decidió crear este bululú que le permitiera seguir en la que considera su profesión y su afición.
Es su interés contar historias que merecen ser contadas. Partidario de la manipulación y animación de objetos y títeres, cada técnica o combinación de ellas produce una determinada sensación y eso es lo que busca en cada espectáculo, siempre dependiendo del qué y para quién.