San Martín de Valdetuéjar (León), 24 de noviembre de 1946 – Barcelona, 23 de junio de 2017
Se traslada a París con su familia, en el año 1963, donde estudiará Psicología y Arte Dramático en la Universidad de Vicennes. Allí vive el mayo del 68 y comienza también su aprendizaje artístico, junto con Lola Atance, influenciados por el trabajo de Jean Paul Hubert y de Ives Joly. En 1975 ambos crean la compañía de títeres Libélula y emprenden viaje a Madrid donde se relacionan con el llamado el Teatro Independiente. En los años 1976-77, participan junto a Francisco Porras, Gonzalo Cañas y otros titiriteros, en el movimiento asociativo que venía fraguando.
En 1977 harán largas giras por Andalucía, donde nace la colaboración con la compañía Esperpento que estrenó en 1978 su lorquiano Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, con marionetas realizadas por Libélula. También colaboran en el recital-espectáculo Canciones de amor y celda, del compositor y cantautor Amancio Prada, del que eran amigos desde los tiempos de París.
En 1982 participa Libélula en el programa televisivo de TVE2 El carro de la farsa, con las piezas Extraños en la noche, La flor y Romance del enamorado y la muerte, acompañados por el segoviano grupo Hadid. Ese mismo año estarán también en la Sala Olimpia de Madrid presentando Mosaico, una serie de breves piezas con sombras y otros efectos visuales.
En 1984 Libélula participa, junto a las compañías Teatro Popular de Muñecos y Máscaras, La Gaviota, Títeres de Horacio, Marionetas Peralta del Amo y Los Iniciados (en la parte musical) en un proyecto de la Sala Mirador del barrio de Lavapiés de Madrid, para crear un centro estable de marionetas. De esta colaboración nace la obra Las mil y una noches.
Julio llega a Segovia, de la mano de su amigo Amancio Prada, y en la primavera de 1985 con La Promotora, que fue fundada con Juan Peñalosa, Isabel Ulzurrun e Isabel González; organiza el I Festival Internacional de Títeres y Marionetas, que luego se llamará Titirimundi y que ha sido el trabajo más destacado de su vida artística. Un festival internacional capaz de transformar Segovia en una ciudad tomada por los títeres, un gran escenario abierto formado por patios, iglesias desacralizadas, teatros y rincones históricos que forman parte del patrimonio “una escenografía perfecta y envidiable”. Julio luchó por extender Titirimundi a los pueblos de Segovia, a Castilla y León, a Madrid. Ha estado detrás del Museo de Paco Peralta y de la recuperación de la comparsa de gigantes. Por toda esta labor recibió la Medalla al Mérito de Segovia.
Con la experiencia de los años, Michel se va a decantando como un gran defensor del teatro de títeres popular, del títere de guante y cachiporra, del títere de lengüeta. Fruto de esa predilección nace en 1988 la obra Buscando a don Cristóbal.
En los años 90, Libélula estrenará dos nuevas obras con técnicas de sombras: El castillo de la perseverancia (1994) que contó con colaboración de la compañía italiana Gioco Vita, y El Paladín de Francia (1999), basada en las ilustraciones del dibujante Emanuele Luzzati. Los dos espectáculos giraron por Europa.
Julio Miche participa también en la Ruta Quetzal, que fue creada en 1979 por el atleta y reportero Miguel de la Quadra-Salcedo. La Ruta consistía en un viaje trasatlántico y en un periplo por América Latina, de un grupo de jóvenes de varios países, entre 18-19 años, en torno un programa académico y una serie de actividades deportivas, culturales y de entretenimiento. Desde 1989, Julio y el sevillano Juan Antonio Sanz, con sus cristobitas y el apoyo de músicos segovianos, participaron en estas Rutas. Allí encontró a Paloma Toro, la que ha sido su mujer y madre de tres de sus hijos.
Ramón del Valle.